Mauricio Macri vetó la Ley Anti Tarifazos que había sido aprobada por el Congreso

La Ley anti tarifazos tenía por objetivo que se logre retrotraer las tarifas a noviembre de 2017 y que los aumentos no superasen el índice de variación salarial para usuarios residenciales y el de precios mayoristas para las PyMES. Estableciendo también que las empresas debían devolver lo que se había cobrado de más hasta el momento.

Luego de un extenso debate, la Cámara de Senadores aprobó durante la madrugada del día 31 de mayo la ley, obteniendo 37 votos a favor, provenientes del Bloque Justicialista, Frente para la Victoria y otras bancas satélite. Y 30 votos en contra aportados por Cambiemos y una gran parte del Interbloque Federal.

En Cámara de Diputados también se había otorgado la aprobación, con 133 votos a favor, 94 votos negativos y 3 abstenciones. Siendo allí donde se declaraba la emergencia tarifaria que apuntaba a limitar los futuros aumentos en las boletas de agua, luz, gas.

¿Y Macri la vetó?

La resolución fue dictada 5 horas después de que se sancionara el proyecto en el Congreso. "La Ley ha sido vetada". "Esta ley nació sin ningún tipo de viso de continuar, porque no está financiada, los que la han votado no han dicho de dónde salen los recursos (…)".

Fue Marcos Peña, Jefe de Gabinete, quien anunció en una Conferencia de Prensa en la Casa Rosada que la ley había sido vetada. El rechazo formal del Poder Ejecutivo al proyecto fue un trámite de cuestión de horas ya que se vetó de inmediato, a pesar de los consejos vertidos por un sector del Gobierno de que se espere a la próxima semana para firmar el pronunciamiento expreso y devolver el proyecto al Congreso.

¿Qué pasa luego del veto presidencial? ¿Se puede desde el Congreso insistir con la ley?

La Constitución Nacional plantea que una vez aprobada una ley en el Congreso, el Presidente tiene dos caminos: aprobar y promulgar la ley, obteniendo así la finalización del proceso legislativo. Se publica en el Boletín Oficial y entra en vigencia de acuerdo a los plazos establecidos.

O puede optar por el camino del veto, de modo parcial o total. De tratarse de un veto parcial, se promulgará la parte no vetada en la medida que no desvirtúe el espíritu del proyecto de ley sancionado por el Congreso. De tratarse de un veto total, el proyecto de ley vuelve al Congreso y aquí se podrá aceptar o rechazar el veto. Si tanto Cámara de Diputados como la de Senadores cuentan con dos tercios de los votos para imponer el criterio inicial la ley se considerará promulgada aunque el Presidente no esté de acuerdo. En cambio, si no consiguen la cantidad establecida por nuestra Carta Magna se mantendrá el veto presidencial sin posibilidades de tratarse el proyecto durante las sesiones de ese año, así se detalla en el artículo 83 del susodicho cuerpo normativo.

No obstante ello, es cierto que esta práctica no es habitual y desde un relevamiento proveniente del Centro de Estudios Nueva Mayoría, desde el regreso de la democracia se ha dado solo en 36 oportunidades que el Congreso haya aprobado una ley que había sido vetada previamente.